domingo, 16 de diciembre de 2012

Construyendo bibliotecas rurales cerca del Cielo

Hace unos meses nos acompañó a Yauya Adam Pervez, un joven estadounidense que viaja por el mundo conociendo experiencias de desarrollo humano y trabajando como voluntario. El jueves 13 pasado escribió un hermoso y bien informado artículo sobre la obra que realizamos a través de nuestro proyecto “Atrapando el Mundo en Palabras”.

El artículo, originalmente en inglés, apareció en la edición digital del portal Huffington Post y en él además del artículo se puede encontrar un conjunto de fotos que el autor tomó de la obra que realizamos.

A continuación les presentamos una traducción libre de su artículo y les invitamos a visitar la nota original.

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Construyendo bibliotecas rurales cerca del Cielo

¿Cómo llevar el mundo a una remota aldea andina? Más que el mundo, ¿cómo dar a los niños en tu lugar de nacimiento el acceso a conocimientos más allá de los planes de estudios y el folclore local?

Para Consuelo Pasco es una pregunta que se hizo toda su vida. Ella creció en Yauya, un pueblo enclavado en los Andes peruanos, demasiado pequeño y remoto para encontrarlo en los mapas de Google. Ella lo dejó para poder educarse y enseñó en Lima por muchos años.

Al jubilarse, en un mundo de ritmo rápido que ya no reconoce, vio que la futura generación de niños en Yauya estaba quedándose cada vez más atrás de sus homólogos de la ciudad. Separada de Lima por la imponente Cordillera Blanca, a excepción de un pequeño paso a 4,000 m / 13,000 pies sobre el nivel del mar, volvió a lo básico para resolver el problema.

Yauya recién se electrificó en 1999. Incluso en 2012, la penetración de Internet aún no es algo permanente, pero Consuelo comenzó en 2005. Ella empezó una organización sin fines de lucro llamada Jatun Nani, que significa “camino largo” en quechua, la lengua preinca que aún se habla en todos los Andes.

Usando sus contactos en el mundo de la educación, concentró sus esfuerzos en iniciar una biblioteca en Yauya. Conseguir llevar los libros hacia la cordillera no fue fácil, pero lo hizo. Ella creó un programa llamado “Atrapando el mundo en palabras”. El programa tiene seis componentes:

  1. Utilización de la Biblioteca como un lugar de aprendizaje, lectura y entretenimiento.
  2. Llevar libros a las escuelas rurales y dejarlos en calidad de préstamo (biblioteca itinerante).
  3. Brindar materiales para la mamá y el bebé para iniciar el proceso de aprendizaje y la vinculación entre sí (prescolar en el hogar).
  4. Enseñar a los maestros locales para ser educadores más eficaces.
  5. Intercambio cultural.
  6. Dar a conocer el proyecto para ayudar a otras comunidades y atraer más recursos.

Pero eso no era suficientemente bueno. Un viaje al pueblo de Yauya donde se encuentra la biblioteca requeriría la mitad de un día de caminata o más para muchos residentes. El siguiente objetivo de Consuelo fue crear bibliotecas en las escuelas primarias, asegurando que los libros estén a poca distancia de todos los hijos de Yauya. En este momento 11 de las 15 escuelas primarias tienen bibliotecas nuevas. Se buscan donaciones financieras y de libros para los cuatro restantes.

Capturada entre sus raíces en Yauya y su vida adulta en Lima, Consuelo también quería hacer algo en beneficio de la comunidad que ella llama hogar a lo largo de todos estos años. Mientras daba una entrevista radial en Lima apareció una oportunidad. El propietario de una empresa de construcción vio una gran relación entre la misión de Jatun Nani y sus empleados.

Los empleados viven en las periferias de Lima y realizan desplazamientos de dos horas de ida y vuelta. Ellos no tienen mucho tiempo para pasar con sus familias durante la semana y los libros no son muy accesibles a sus hijos a pesar de estar en la ciudad.

Consuelo llena este vacío mediante la creación de una “biblioteca móvil” en el lugar de construcción. Los empleados pueden tomar prestados libros en cualquier momento y tanto los libros para adultos como los libros para niños están disponibles. Para la mayoría de los hijos de los empleados, ésta es la única manera de perderse en una aventura con un buen libro, o que les lean un cuento antes de dormir.

Los sábados son un día que se labora medio tiempo y Consuelo organiza eventos durante todo el año para las familias de los empleados. Cuando estuve allí, los niños y los padres prepararon tarjetas para el Día de la Madre mientras que las madres escuchaban la charla de un experto en salud de la mujer. En ese momento, un contador de cuentos profesional cautivó al público utilizando accesorios, haciendo muchas voces diferentes y contando una historia interactiva.

Las causas de la inaccesibilidad del libro en la ciudad y en el pueblo pueden ser diferentes, pero Consuelo ha descubierto una manera de llenar el vacío en ambos casos. Como jubilada en su sexta década de vida ha dejado efectos indelebles en dos comunidades muy diferentes que la hacen sentir como en casa. A medida que continúa la construcción de bibliotecas en elevaciones de más de 10 mil pies de altura, ella inspira no sólo la idea de que nunca es demasiado tarde para hacer la diferencia sino también la idea de que la combinación de sus pasiones y de su deseo de ayudar a otros es una receta para el éxito desenfrenado.